La asociación que el Brasil y el Paraguay construyeron en las últimas décadas refleja la mutua y cristalina comprensión de la relevancia de la integración regional para el futuro de nuestras sociedades. La hidroeléctrica de Itaipú es el mayor símbolo de nuestra capacidad de entendimiento y de confianza en los beneficios que la integración puede generar. Pero no es el único.
Nuestros intereses comunes son cada vez más amplios y complejos. El Brasil, tradicionalmente, es el principal socio comercial de Paraguay, pero también somos hoy el segundo mayor inversionista en el país. En los últimos tres años, más de 80 empresas brasileñas se instalaron en Paraguay, con inversiones directas superiores a US$ 200 millones en sectores tan diversos como embalajes, plásticos, confecciones, autopiezas y calzados.
Las empresas brasileñas en el Paraguay emplean a miles de personas. Ese flujo, creciente, contribuye para la densificación de las cadenas regionales de valor, el aumento de la productividad de nuestras economías y la dinamización del comercio bilateral. El excelente desempeño de la economía paraguaya en los últimos años y el repunte de la economía brasileña en 2017 apuntan hacia el fortalecimiento de esta tendencia. La intensificación de las relaciones económico-comerciales requiere la modernización de la integración física y el aumento de la conectividad entre nuestros países.
En esa materia, estamos trabajando en dos proyectos prioritarios: el segundo puente sobre el río Paraná, entre Foz de Yguazú y Presidente Franco, y el puente sobre el río Paraguay, uniendo Porto Murtinho a Carmelo Peralta, el cual completará el corredor vial que une las áreas productoras de granos y de carnes de Paraguay y de la región centro-oeste de Brasil a los puertos del norte de Chile, pasando por las provincias de Salta y Jujuy, en Argentina.
Así, el corredor contribuirá aún más para reforzar la integración regional y para conectar nuestros países a las economías del eje Asia Pacífico. La convergencia de visiones entre Brasil y Paraguay sobre los rumbos del proyecto de integración regional ha sido fundamental para superar desafíos enfrentados por el Mercosur. Junto con Argentina y Uruguay decidimos volver a enfatizar la vertiente económico-comercial del Mercosur, para fortalecer el mercado interno del bloque y ampliar la agenda de negociaciones externas.
Compartimos la visión de que es imperativo fortalecer nuestras instituciones, adoptar una gestión macroeconómica responsable, modernizar nuestras economías e impulsar la inserción competitiva de nuestros países en el mercado internacional. El Mercosur ya viene contribuyendo para el desarrollo de la infraestructura paraguaya. Paraguay es el mayor beneficiario del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), con 17 proyectos que totalizan alrededor de mil millones de dólares (más de 60% del total de recursos del Fondo).
Estamos hablando aquí de proyectos estructurantes, como la construcción de la línea de transmisión eléctrica Itaipú-Villa Hayes, fundamental para ampliar la capacidad productiva de Paraguay, además de proyectos en el área logística, de construcción y recuperación de vías de transporte urbano y de saneamiento básico.
El proyecto de integración que fue forjado por nuestros gobiernos hoy se consolida, con reflejos positivos directos en la vida de nuestros ciudadanos. Los cerca de 350 mil brasileños en Paraguay componen la segunda mayor comunidad brasileña en el exterior. Sus familias, aquí establecidas, contribuyen para el desarrollo económico y social del Paraguay, fortaleciendo los lazos entre nuestros países.
Somos conscientes de los desafíos que tenemos por delante. Hoy trabajamos intensamente en la seguridad y en el desarrollo de las áreas fronterizas, con miras a combatir los ilícitos transnacionales que perjudican nuestras economías y colocan en riesgo a nuestros ciudadanos. Estamos reforzando la cooperación bilateral en materia de inteligencia y en materia jurídica penal. Por la naturaleza de la temática debemos actuar en coordinación con los demás países de la región.
Fue con ese espíritu que organizamos, en noviembre pasado, en Brasilia, la Reunión Ministerial del Cono Sur sobre Seguridad en las Fronteras, con participación de ministros y altas autoridades de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Tenemos la convicción de que, juntos, conseguiremos encontrar formas de combatir ese problema. Debemos trabajar en iniciativas de desarrollo de las áreas fronterizas, para permitir que las comunidades de esas regiones encuentren oportunidades viables y prometedoras en la economía formal.
Estoy muy satisfecho en visitar el Paraguay en un momento tan auspicioso de la relación bilateral. En el tiempo en que tendencias a la fragmentación ganan fuerzas en diversas partes del mundo, la relación construida por Brasil y Paraguay a lo largo de las últimas décadas se consolida cada vez más. Fuimos capaces de desarrollar una asociación equilibrada que ya beneficia mutuamente a los ciudadanos de nuestros países, la cual se renueva y fructifica cada vez más. Mi visita de hoy es más un paso en este proceso de construcción conjunta de la prosperidad y del bienestar de nuestras sociedades.