Expoliadores, cazatesoros y otras especies: se busca Los expertos piden una regulación jurídica del tráfico ilícito de bienes culturales
Indiana Jones no se llevó el Santo Grial que, si se cree a La última cruzada, encontró en Petra (Jordania). Si se lo hubiera apropiado, se le podría acusar de expoliador. Volviendo a la realidad, la importación y exportación de bienes culturales no es un asunto sencillo y, para tratarlo, profesionales de la Secretaría de Estado de Cultura, miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, juristas y expertos en el mercado del arte se reúnen ayer y hoy en unas jornadas en Madrid que pretenden abordar la regulación jurídica del tráfico ilícito de bienes culturales.
Los datos de tráfico ilegal resultan difíciles de conocer. Carlos González-Barandiarán, secretario de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico, recuerda que los tipos están dispersos por el Código Penal. Pone algunos ejemplos: “No existe el delito de falsificación de obra de arte; es estafa. Tampoco el de falsificación de moneda histórica; sí el de moneda en curso, pero no se puede equiparar. Varias asociaciones numismáticas lo han pedido, pero desde el punto de vista legal no tiene sentido. Lo mejor sería reformar el Código Penal, pero el actual es muy reciente y meterse en otro cambio sería complicado, o no, ahora que empieza una legislatura nueva”. Deja la cuestión abierta.
Objetos exportados – El número de objetos exportados legalmente en 2015 (un total de 17.043) es el más alto desde que se comenzó a hacer estas estadísticas en 2012, y han aumentado en unas tres mil piezas con respecto a 2014. Un crecimiento que se debe, sobre todo, a las solicitudes de préstamos entre museos y otras instituciones, en lo que González-Barandiarán aprecia síntomas de recuperación en el circuito de exposiciones internacionales.
El único avance que constata el ministerio es la mejora y la inmediatez de la comunicación entre los cuerpos de seguridad del Estado. La coordinación recae en la Secretaría de Estado de Cultura, que centraliza todo.
José Antonio Guasch Galindo, agente del grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, puntualiza que el instituto armado se dedica a la investigación criminal; los datos técnicos los aportan los expertos. A su entender, la cooperación internacional funciona bien. El año pasado, se aprobó la directiva europea de restitución de bienes culturales que han salido ilegalmente de un Estado miembro. A España le falta el último paso para ratificarla. González-Barandiarán espera que el trámite se remate en cuanto empiece la nueva legislatura. Esta directiva potencia una aplicación informática que ya existe para otros ámbitos: el sistema de información del mercado interior (IMI). Con este programa se puede localizar un bien robado y solicitar su devolución, pero no deja de ser una acción administrativa, ni judicial ni penal.
Las jornadas buscan que no se repitan casos que van más allá de las películas. El filme Ciudadano Kane, de Orson Wells (1941), está basado en la figura del multimillonario William Randolph Hearst (1863-1951), que a principios del siglo XX expolió mucho patrimonio europeo.